La Nutrición Parenteral (NP) es una forma de apoyo nutricional que se utiliza para proporcionar nutrientes a pacientes que no pueden comer o digerir alimentos por vía oral. Puede utilizarse para tratar enfermedades crónicas, colestasis y pacientes que se recuperan de una intervención quirúrgica. La nutrición se administra a través de un pequeño catéter estéril directamente en la vena del paciente mediante una fórmula especializada que contiene glucosa, lípidos, vitaminas, minerales, electrolitos y aminoácidos. Aunque se considera una forma de nutrición médica, la NP requiere una estrecha vigilancia por parte de los profesionales sanitarios, ya que conlleva una serie de riesgos cuando se administra incorrectamente.
En esta guía, hablaremos de la importancia de la NP, de las pautas para una administración segura y eficaz, y de los riesgos habituales asociados a la NP.
¿Qué es la nutrición parenteral?
La nutrición parenteral, comúnmente denominada NP o NPT, es un tipo de soporte nutricional que se utiliza para proporcionar nutrientes a quienes no pueden recibir una nutrición adecuada por vía oral o enteral. Puede utilizarse para diversas afecciones, como las crónicas, la colestasis, los errores innatos del metabolismo y las personas que se recuperan de una intervención quirúrgica.
La NP suele administrarse mediante un pequeño catéter estéril que se introduce en una vena del pecho, el brazo o la pierna. A continuación, se infunde a través del catéter en el torrente sanguíneo una fórmula especializada que contiene glucosa, lípidos, vitaminas, minerales, electrolitos y aminoácidos, proporcionando al organismo los nutrientes que necesita. Aunque la NP es muy especializada y requiere un estrecho seguimiento por parte de los profesionales sanitarios, se considera el patrón oro del apoyo nutricional.
Directrices para la administración segura y eficaz de la nutrición parenteral
Antes de iniciar la NP, es importante que los profesionales sanitarios tengan en cuenta la edad, el peso, el estado nutricional y los antecedentes médicos de la persona, así como la indicación específica de la NP. Además, los profesionales sanitarios deben tener en cuenta cualquier complicación metabólica, orgánica y relacionada con la NP (es decir, alteraciones electrolíticas, retención de líquidos, infección, etc.).
También es importante que los profesionales sanitarios conozcan adecuadamente los componentes de una formulación de NP, así como los riesgos asociados a la NP. Además, el equipo sanitario debe educar a los pacientes o cuidadores sobre la administración y el mantenimiento adecuados de la NP. También es importante vigilar de cerca al paciente, ya que cualquier cambio en su estado o en la ingesta nutricional debe abordarse de inmediato.
Riesgos comunes asociados a la nutrición parenteral
Como ocurre con cualquier intervención médica, existen riesgos asociados a la nutrición parenteral. Entre los riesgos habituales están la infección, la retención de líquidos, el desequilibrio electrolítico, las deficiencias de vitaminas y minerales, y la trombosis. Es importante vigilar de cerca al paciente y abordar inmediatamente cualquier problema.
Además de los riesgos asociados a la nutrición parenteral, también existen riesgos para la salud a largo plazo para los pacientes que reciben nutrición parenteral a largo plazo. Estos riesgos incluyen el desequilibrio de calcio y fósforo, la hiperglucemia, la esteatosis hepática, la cirrosis y la osteoporosis.
Conclusión
La nutrición parenteral es una forma importante y eficaz de apoyo nutricional para quienes no pueden recibir una nutrición adecuada por otros medios. Sin embargo, es importante que los profesionales sanitarios conozcan y sepan cuáles son los componentes de la formulación de una NP, así como los riesgos asociados a la nutrición parenteral. Siguiendo las directrices adecuadas, los profesionales sanitarios pueden garantizar que la nutrición parenteral se administre con seguridad y eficacia.