La mayoría de la gente piensa en las nueces como en un sabroso tentempié, pero quizá desconozcan los muchos beneficios que ofrecen para la salud. Comer nueces se ha relacionado con un menor riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, las cardiopatías y la diabetes tipo II, según un estudio de la Universidad de las Américas de México. Los frutos secos también son estupendos para fortalecer los huesos, ya que son una fuente muy concentrada de calcio, y las almendras ocupan el primer lugar con 259 mg por 100 g.
En general, el consumo regular de frutos secos está relacionado con mejoras sustanciales para la salud, a continuación encontrarás algunos de los beneficios de los frutos secos.
Pérdida de peso
Los frutos secos son una buena fuente de fibra, que ayuda a perder peso porque te sacian durante más tiempo y ayudan a regular los niveles de azúcar en sangre. Un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard concluyó que las personas que comían frutos secos a diario tenían un IMC y un peso corporal más bajos que las que no lo hacían.
Reducción de la inflamación
Los frutos secos, especialmente las nueces y las almendras, están repletos de antioxidantes y propiedades antiinflamatorias. Estas propiedades ayudan a reducir la inflamación en todo el cuerpo, contribuyendo a proteger contra diversos problemas de salud como las enfermedades autoinmunes, el cáncer y los trastornos neurológicos.
Mejora la salud ósea
Los frutos secos son también una fuente muy concentrada de calcio, y las almendras ocupan el primer lugar con 259 mg por 100 g. El calcio ayuda a aumentar la densidad y fortaleza óseas, lo que es especialmente importante para los niños en edad de crecimiento y las personas con riesgo de osteoporosis. Esto se ve reforzado por la presencia de fósforo, magnesio y zinc, minerales esenciales para el buen funcionamiento de los huesos.
Función inmunitaria mejorada
Los ácidos grasos presentes en ciertos frutos secos, como las nueces y las almendras, son esenciales para crear un sistema inmunitario fuerte y resistente. También se ha demostrado que estos ácidos grasos reducen el riesgo de asma y alergias.
Mejora la digestión
Los frutos secos son una gran fuente de fibra, que ayuda a hacer la digestión y previene el estreñimiento. La fibra ayuda a aumentar el volumen de las heces, facilitando su evacuación, y puede ayudar a absorber las toxinas del intestino. Además, las grasas saludables de los frutos secos ayudan a lubricar el tubo digestivo, facilitando una digestión suave y regular.
En conclusión, comer frutos secos es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud. Son una gran fuente de fibra, grasas saludables y vitaminas y minerales esenciales que proporcionan diversos beneficios para la salud. Desde la pérdida de peso hasta la mejora de la salud ósea y la función inmunitaria, añadir frutos secos a tu dieta puede ayudarte a potenciar tu salud y bienestar general.