La nutrición es esencial para nuestro bienestar, y muchos de nosotros no obtenemos de nuestra dieta las vitaminas y minerales exactos que necesitamos. Esto puede deberse a problemas de salud, como problemas gastrointestinales o de absorción de nutrientes, o simplemente a una falta de variedad en los alimentos que consumimos. En casos como éstos, puede ser necesario recurrir a la nutrición artificial mediante alimentación parenteral.
Alimentación parenteral
¿Qué es la alimentación parenteral?
¿Qué es la nutrición parenteral? También conocida como nutrición parenteral total (NPT), este tipo de terapia es una forma de nutrición artificial que suele utilizarse en hospitales y otros centros sanitarios. Puede utilizarse cuando una persona no puede o no quiere ingerir nutrientes a través del aparato digestivo. Funciona proporcionando nutrientes a través de una vena (por vía intravenosa) en lugar de a través del aparato digestivo.
¿Cómo funciona la alimentación parenteral?
La nutrición parenteral no utiliza la digestión normal del estómago y los intestinos. En su lugar, se trata de una mezcla especial de nutrición líquida que se administra a la sangre a través de un catéter. La mezcla contiene proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales como el calcio.
El paciente necesitará una evaluación nutricional antes de que se le administre la nutrición parenteral. Basándose en esta evaluación, un equipo de profesionales sanitarios decidirá cuántas calorías y qué cantidad de cada nutriente necesita el paciente. A continuación, se adapta la mezcla nutricional para satisfacer estas necesidades individuales.
A continuación, se utilizará una bomba para administrar la nutrición de forma controlada durante un periodo prolongado. Esto ayuda a garantizar que el paciente recibe la cantidad adecuada de nutrición.
¿Cuáles son las ventajas de la alimentación parenteral?
La nutrición parenteral puede aportar muchas ventajas al paciente. Es una forma rápida y eficaz de proporcionar nutrición cuando un paciente no puede ingerirla a través del aparato digestivo. Además, ayuda a preservar o mejorar la función de los órganos, lo que mejora la calidad de vida e incluso puede salvar vidas.
Además, como las necesidades del paciente pueden cambiar rápida e impredeciblemente, la nutrición parenteral puede ajustarse rápidamente de forma ad hoc. Si un paciente necesita más o menos cantidad de un nutriente concreto, por ejemplo, la nutrición parenteral puede cambiarse rápida y fácilmente.
Tipos de alimentación parenteral
Existen dos tipos principales de nutrición parenteral: la nutrición parenteral total (NPT) y la nutrición parenteral parcial (NPP). La NPT se utiliza cuando un paciente es incapaz de ingerir nutrientes a través del aparato digestivo, mientras que la NPP se utiliza cuando el paciente puede absorber algunos nutrientes, pero no todos.
Usos de la alimentación parenteral
La nutrición parenteral suele utilizarse en casos de desnutrición grave, como durante los tratamientos contra el cáncer o el VIH/sida. También puede utilizarse en recién nacidos que no son capaces de ingerir suficientes nutrientes a través del aparato digestivo.
También puede ser beneficioso para las personas que padecen problemas gastrointestinales graves, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. En estos casos, la falta de absorción de nutrientes del sistema digestivo puede eludirse mediante la administración intravenosa de la mezcla nutritiva.
Nutrición parenteral y alimentos naturales
Aunque la nutrición parenteral puede ser beneficiosa en ciertos casos, los alimentos naturales siguen siendo la mejor fuente de nutrición. Seguir una dieta equilibrada y variada ayuda a garantizar que nuestro organismo reciba todas las vitaminas, minerales y nutrientes que necesitamos para mantenernos sanos.
Las frutas y verduras son especialmente importantes porque aportan una serie de micronutrientes esenciales. Comer frutas y verduras frescas y naturales, como kiwis, ciruelas, arándanos y uvas, puede proporcionar a nuestro cuerpo vitaminas, minerales y antioxidantes clave que pueden ayudarnos a mantenernos sanos.
Las legumbres también son una fuente importante de hidratos de carbono complejos y proteínas vegetales. Comer legumbres tres veces a la semana puede contribuir a proporcionar una energía sostenida, además de ayudar a mantener la salud de los músculos y las articulaciones.
Conclusión
Aunque la nutrición parenteral puede ser beneficiosa en ciertos casos, la mejor fuente de nutrición sigue siendo una dieta equilibrada y variada. Los alimentos naturales, como frutas, verduras y legumbres, pueden proporcionar a nuestro organismo las vitaminas, minerales y antioxidantes esenciales que necesitamos para mantenernos sanos. Sin embargo, en los casos en que es necesario recurrir a la nutrición parenteral, ésta puede ser una forma rápida y eficaz de aportar al organismo los nutrientes que necesita.